Resistin' (Arrest)

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POOR Magazine poverty scholars harassed by the po’lice on May Day

by Staff Writer

by tiny

Para espanol, mire hacia bajo

Blue chards of San Francisco sky blinded our eyes as we emerged from POOR
Magazine’s tenderloin office and headed underground to the BART station.
Our cru consisted of my son tiburcio, a seasoned marcher at the ripe age
of almost four, driving the infamous Si Se Puede Chariot ( read: hooptie
stroller), myself covered from head to toe in pobre gente resistance
signage- and Angel Garcia, one of POOR’s newest inmigrante reporteros and
soon to be published POOR Press author. Our powerful grupo was small but
we were on our way to meet up with more folk from POOR, POWER, La
Collectiva de Mujer, and thousands of others in honor of inmigrante
workers at Delores Park on May day

“I think the “J” train would work better than BART”, said Angel gazing
into the rivers of tunnel in front of us. After several minutes of
confused wrangling with schedules and underground possibilities Angel and
I decided that taking the J train on MUNI would be better than the BART
and cause Angel is living with a physical disability, he needs to take the
elevator – so down we went.

Upon reaching the muni platform, Angel, tiburcio and I continued on with
moments of spacial confusion. Although I travel almost every day on the
multiple trains that run through the arteries of this City, we
collectively lost site of our direction. Which must be the reason that I
forgot my own rule that you NEVER ask the po-lice for ANYTHING!

“Is this the right way to Delores Park” I casually said to a BART/MUNI
po’lice officer stationed oddly right at the mouth of the escalator

“Do you have proof of payment?” she said, her triangle- shot gun legs
stiffening in tandem with a bullit proofed vested chest.

“Excuse me,” I stumbled, “I just asked you for directions”
“Do you have proof of payment”, she continued without blinking
“WHAT!?, activist tiny yelped, “I asked you for help, why are you
harassing me?”

“Are you resisting my inquiry, Do we need to have you arrested?” She began
talking lovingly to her shoulder radio, “Officer 3256 requesting
back-up….”

“Here,” Formerly incarcerated, system trained, tiny began desperately
searching through my stuff for a ticket.

“Cancel Back-up,” the words were terse, and loaded with disdain. She
pulled out her citation book and began to write.
“Are you giving me a citation?”
She didn’t answer.

Several more minutes of targeted harassment followed until she finally
“allowed” us to leave. No-longer-remotely-activist-tiny felt as though a
giant knife had been twisted and turned through my insides. The grueling
moments of –losing-my-son-going-to-jail-terror clung to me like dried
vomit.

“Mama, where would I go if they took you away,” As we all numbly rolled
over to the J train, my son completed the sorrow of the moment with his
plaintive request. Feelings of empowerment and resistance, consciousness
and pride that should belong to this important day fell away from my mind
and soul like petals off of a sunflower.

The day was filled with multiple voices of inmigrante scholarship, which I
was blessed to see and hear, but later that day when I heard about the
brutal attacks on all the gente pobre, and poor families at LA’s May Day
Marcha, my still adrenalin wrecked mind shuddered for all the brutal ICE
raids on immigrants, po’lice harassment of all poor people of color
locally and globally and border fascism which remains stronger and more
frightening than ever.

Resistiendo (Arresto!)

Las miembras académicos de POOR Magazine fueron abusadas por la policía el primero de mayo.

Cardos azules de San Francisco nublaron nuestros ojos al salir de nuestra oficina de POOR Magazine ubicada en el barrio del Tenderloin y nos dirigimos hacia la estación subterránea de BART. Nuestro equipo consistía de mi hijo Tiburcio, un marchante ya con mucha experiencia a sus cuatro años de edad, manejando la infame Carriola de Si Se Puede (lean: hooptie stroller) yo cubierta de pies a cabeza con resistencia de gente pobre- y Angel Garcia, uno de los nuevos reporteros y muy pronto publicador y autor de Prensa POBRE. Nuestro grupo poderoso era pequeño pero estábamos apunto de reunirnos con mas gente de POOR, POWER, La Colectiva de Mujeres, y miles de otras personas en honor a las trabajadores/as inmigrantes en el Parque Dolores este primero de mayo.

“Yo pienso que el tren “J” será mejor que el BART” dijo Angel mirando a los ríos de túneles enfrente de nosotros. Después de varios minutos de confundirnos con horarios y posibilidades subterráneas Angel y yo decidimos tomar el tren J en MUNI por que seria mejor que BART y por que Angel esta viviendo con una deshabilitad física, y el necesita tomar el elevador – entonces empezamos a bajar.

Llegando a la plataforma de MUNI, Angel, Tiburcio y yo continuamos con nuestros momentos de confusión. Y aunque yo viajo casi todos los días en múltiples trenes que corren por las arterias de la ciudad, nosotras perdimos nuestra dirección. Y es por esa la razón que se me olvido mi regla de NUNCA pedirles NADA a la policía!

“¿Es esta la manera correcta de llegar al Parque Dolores?” le pregunte casualmente al policía de BART/MUNI estacionada extrañamente en la boca de la escalera. “tienes alguna prueba de que pagaron?” dijo ella, sus piernas triangulares se atiesaron fuertemente con su chaleco anti balas en su pecho. “discúlpeme” empecé a decir “yo solo le pregunte por direcciones.”

“Tiene alguna prueba de que pagaron,” ella continuo sin moverse “¿QUE!?” dijo con vos alta la activista Tiny “Yo te pregunte por ayuda, ¿por que me estas abusando?”

“Estas resistiendo mi pregunta, ¿necesitamos arrestarte?” ella empezó a platicar muy despacio con su radio en su hombro, “oficial 3256 requiriendo ayuda…” “Aquí tiene” anteriormente encarcelada y entrenada por el sistema, dijo Tiny desesperadamente buscando en sus cosas por un boleto. “cancelen la ayuda,” las palabras fueron mencionadas, y pronunciadas con desden. Ella saco su libro de citaciones y empezó a escribir. “¿me estas dando una citación?” ella no contesto.

Varios minutos abuso escogido continuaron después hasta que finalmente nos dio “permiso” de irnos. No-mas-remotamente-activista-Tiny sintió como si una navaja gigante avía sido metida y volteada en mis adentros. Los momentos horrorosos de perder a mi hijo por ir a la cárcel se quedaron dentro de mi como vomito seco.

“Mama, ¿que hubiera pasado conmigo si te hubieran llevado?” mi hijo completo el dolor de este momento con su pregunta, cuando empezamos a caminar hacia el tren J. Sentimientos de poder y resistencia, conciencia y orgullo que deberían de haber permanecido en ese día tan importante se fueron de mi mente y alma como pétalos de un girasol.

Ese día estuvo lleno de muchas voces inmigrantes, que yo me sentí bendecía en escuchar y ver, pero después ese mismo día escuche de los ataques brutales hacia la gente pobre y familias en la marcha del primero de mayo en Los Angeles, mi mente todavía llena de adrelina se estremeció por todas estas redadas brutales en contra las inmigrantes, el abuso policial en contra toda la gente pobre de color localmente y globalmente y por el fascismo de la frontera que continua mas fuertemente y espantoso que nunca.

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